lunes, 9 de abril de 2007

¿Sabemos Enseñar?

En la clase pasada quedó bastante claro que nosotros, estudiantes de cuarto año de Pedagogía en Educación Matemática, sabemos resolver los ejercicios de enseñanza media pero a la vez quedó demostrado que no sabemos explicarlos ¿Será que nos preocupamos más de saber y saber y no de cómo enseñar lo que aprendemos?.

Yo pienso que el primer paso para lograr este objetivo (el de enseñar) es crear en los alumnos la noesis, es decir, que los alumnos entiendan el concepto, o sea, los objetos matemáticos que están en juego en el momento de la enseñanza, para así poder pasar a la representación semiótica, en otras palabras, cuando se entiende y se interioriza un concepto. Con esto el alumno tendrá la base para ir creando su propio conocimiento e ir sacando sus propias deducciones.

Con esto quiero decir que los profesores estigmatizamos a los alumnos diciendo “ellos no aprenden y no quieren aprender” cuando realmente la responsabilidad es de nosotros al no tener claro la manera de explicarles un determinado ejercicio para que pongan en práctica los conceptos y conocimientos previos que ellos ya dominan.

Lo más importante en este proceso de enseñanza y aprendizaje es la comunicación (comunicar siempre y cuando el otro me entienda) debido que así los alumnos tendrán una buena percepción de los conceptos que estamos llevando a cabo, de esta manera se les hará mucho más fácil desarrollar los ejercicios planteados por el profesor, debido a que si yo como profesor tengo una buena comunicación con mis alumnos (en el lenguaje matemático), me entienden y yo a ellos, la percepción de los objetivos y la resolución de problemas no tendría por qué costarle tanto trabajo a mis alumnos, es decir, si todos hablamos lo mismo y todos apuntamos a un mismo fin, que es el de que mis alumnos alcancen su propio conocimiento, este fin estará más cerca de lo que podamos pensar.

Los profesores, también, tenemos que ser capaces de incentivar al alumno para que estos sean hábiles, con ayuda de nosotros, de pasar al lenguaje natural al lenguaje matemático, es decir, lo que se habla debe ser llevado al lenguaje aritmético, luego al lenguaje geométrico y así a los alumnos les quedará o se interiorizarán aún más con los objetos matemáticos tratados conjuntamente con el profesor en el aula de clases.

De esta manera, los alumnos los alumnos podrán ir creando su propio conocimiento y los profesores solo somos una ayuda en ese proceso, debido a que, una vez interiorizado los conceptos y que la comunicación matemática con el alumno sea precisa y clara, nosotros los profesores, podremos entregarles nuevas y mejores herramientas a nuestros alumnos para que estos construyan su conocimiento, herramientas tales como: problemas que a ellos les genere un interés, es decir, aquellos problemas donde la comunicación profesor-alumno fue satisfactoria, también incentivándolos, ayudándolos y así ellos irán creando su propio conocimiento. Con esto quiero decir que nosotros tenemos que aprender para que los alumnos aprendan y no para enseñarles.

1 comentario:

Alicia dijo...

Cristian, me parece que eres un poco rudo contigo mismo al decir que los profesores o profesoras, muchas veces caemos en culpar a los estudiantes de las fallas y no mirar nuestra labor. Creo que lo dices por otros profesores, pero no por ti. Tú estás haciendo un gran esfuerzo al tratar de ponerte en el papel del otro, en este caso un estudiante cualquiera. Claro está que cuando hagas una clase sabrás que tanto la ideaste y la imaginaste correctamente.
Po ahora te digo que no es necesario castigarse, sólo es necesario hacerse consciente de la realidad.